“Baste decir que puedo vivir con algunas imperfecciones humanas, incluso entre los profetas de Dios, eso es de esperar en los mortales. Puedo vivir con algunos supuestos descubrimientos científicos que son contrarios al Libro de Mormón, el tiempo los corregirá y puedo vivir con algunas supuestas anomalías históricas. Sin embargo no puedo vivir sin las verdades doctrinales y ordenanzas que restauró José Smith”.
(Élder Callister en devocional JAS -12 de enero de 2014)
En el devocional para Jóvenes Adultos Solteros del domingo 12 de enero, Elder Callister miembro de la presidencia de los Setenta se dirigió a miles de jóvenes en el mundo. Su mensaje estuvo centrado en los frutos y doctrinas de la Restauración del Evangelio. Fue un mensaje inspirador sin embargo el final del mensaje de Elder Callister me llamó bastante la atención. Contrastó los frutos de la Restauración con las dudas históricas de algunos críticos. Para una época de abundante información, el mensaje de Elder Callister viene como anillo al dedo.
Antes que todo mi posición no es neutral, no voy a jugar al árbitro sabiendo que mis convicciones religiosas y espirituales son reales. Yo estoy del lado de aquellos que sabemos que la Restauración del Evangelio no es solo una sorprendente historia de ángeles, ni tampoco una circunstancia histórica producto del azar. Yo no voy a justificar la pereza en estudiar las doctrinas del Evangelio y la historia de la Iglesia por parte de muchos miembros de la Iglesia pero tampoco la facilidad con que otro grupo de miembros de la Iglesia, que por haber avanzado siquiera unos cuantos metros en su conocimiento de la historia de la Iglesia, ya se sienten con la potestad de criticar toda la génesis de la Restauración. Este segundo grupo, actúa con la autoridad de aquellos que se sienten depositarios de una verdad única y de una forma voluntariosa justifican sus posiciones críticas, como posiciones avanzadas y más maduras. Sin abundar en más palabras muchos creen que por leer un par de artículos críticos acerca de la poligamia o los orígenes del Libro de Mormón ya son depositarios de la última y única verdad.
Sin embargo enfrentamos un momento histórico en que un mar de información está disponible para todas la personas. Este proceso no tiene que ver sólo con los mormones, ni con lo que sabemos de los orígenes de la Iglesia restaurada. Es un proceso global, en el que podemos identificar dos características, que se está produciendo en todas las áreas del conocimiento y que cada vez se produce de manera más acelerada, en gran medida gracias a las tecnologías. Al proceso anterior no le debemos tener miedo. Es más es una gran oportunidad de mostrar en su claridad y naturaleza lo que el Evangelio Restaurado ha sido hasta ahora. Debemos buscar un sano equilibrio entre almacenar más información, historias y testimonio respecto a la Restauración y seguir identificando las esenciales doctrinas de salvación del Evangelio Restaurado.
Sin embargo, la crítica existe, está en internet, en libro y vídeos. Y sin embargo, no deja de sorprenderme que algunos críticos del mormonismo piensen, de manera bastante infantil a mi juicio, que cientos de miembros abandonarían la Iglesia si está compartiera de manera abierta toda la información de su historia. Lo anterior, simplemente, no va a ocurrir. Las convicciones religiosas o espirituales (como más cómodo se sienta llamarles) no tienen mucho que ver con las convicciones que surgen de la razón y la lógica. Ni mucho menos de la investigación de una disciplina de las ciencias sociales. Muchos miembros de la Iglesia sabemos de la veracidad del Evangelio no por lo lógico, entretenida o abundante de su doctrina, sino por la atestiguación del Espíritu. Aunque para muchos lo anterior sea poesía o superstición para los miembros de la Iglesia es el fundamento más seguro que podemos tener. Además la premisa desde la que parten los críticos es errónea, la Iglesia no es una organización particularmente discreta con su historia, más si la comparamos con otras organizaciones mundiales.
Finalmente creo que todas las conclusiones que podamos hacer deben revisarse con aquella perspectiva que nos permita distinguir entre lo esencial y lo accesorio. Ese el sentido de las palabras de Élder Callister. Las verdades históricas, son y responden preguntas pequeñas, las verdades espirituales responden las grandes preguntas del alma. Usted puede estar en desacuerdo conmigo respecto a si el mormonismo las responde o no, pero no puede negar que ese es el alcance de las respuesta que da la religión. La religión busca responder las preguntas de nuestra existencia, una disciplina científica tiene muchas menos ambiciones, una investigación histórica no es ni por si acaso, la verdad completa, de hecho y hasta cierto punto, es solamente una interpretación. Desde esa base conceptual es que debemos construir nuestras convicciones personales. Lamento cuando algunos deciden construirlas de manera distinta, es legítimo pero en mi opinión es comenzar por lo accesorio y olvidar lo esencial.