El objetivo:
Que los miembros de la clase comprendan:
(1) que somos hijos de Dios,
El élder Dallin H. Oaks enseñó: “Consideremos el excelente concepto que enseña ese himno predilecto titulado ‘Soy un hijo de Dios’ …He aquí la respuesta a una de las principales preguntas de la vida: ‘¿Quién soy yo?’ Soy un hijo de Dios, dotado del linaje espiritual de Padres Celestiales. Y tal ascendencia determina nuestro potencial eterno, lo cual es un concepto realmente confortante. Puede fortalecernos para que escojamos hacer lo justo y busquemos lo mejor que hay dentro de nosotros. Si inculcamos en la mente de una persona el excelente concepto de que es hijo o hija de Dios, le facilitaremos el respeto en sí misma y la motivación necesaria para resistir los problemas de la vida”
(Véase “Conceptosexcelentes”, Liahona, enero de 1996, pág. 28).
(2) que sí podemos resistir las tentaciones de Satanás, y
(3) que la obra y la gloria de Dios es llevar a cabo nuestra inmortalidad y nuestra vida eterna.
El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “…estamos aquí para ayudar a nuestro Padre en Su obra y en Su gloria, que es ‘llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre’ (Moisés 1:39). La obligación de ustedes es tan seria en su esfera de responsabilidad como lo es la mía en mi esfera de responsabilidad.En esta Iglesia no hay ningún llamamiento pequeño o insignificante. Todos,en el desempeño de nuestras tareas, surtimos una influencia en la vida de los demás. El Señor ha dicho refiriéndose a nuestras respectivas obligaciones:…‘Y en el cumplimiento de estas cosas realizarás el mayor beneficio para tus semejantes, y adelantarás la gloria de aquel que es tu Señor’ (D. y C. 81:14)”
(“Ésta es la obra del Maestro”, Liahona, julio de 1995, págs. 80–81; véasetambién D. y C. 81:5–6).
No hay comentarios:
Publicar un comentario