El artículo siguiente fue publicado en www.20minutos.es, siempre publico los artículos que aparecen en diarios o periódicos u otros sitios de noticias con el objetivo que podamos hacernos una percepción de como nos ven los no miembros, cuales son las áreas donde demuestran mayor interés y los errores que siempre cometen.
Un templo construido con mármol de Carrara es la prueba de que a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, más conocida como la religión de los mormones, no le van mal las cosas. Un presupuesto millonario, aportado por todos los miembros de la comunidad tanto de España como del extranjero, sirvió para construir esta inmensa edificación, situada en el barrio de Pavones, en el distrito de Moratalaz, a la que sólo pueden acceder los miembros de la religión.
De los cerca de 45.000 mormones que viven en nuestro país, 5.000 de ellos son madrileños. Acuden a sus propias misas, asisten a clases de formación, estudian la Biblia y el Libro del Mormón… y mantienen la Iglesia con su propio sueldo. "Nosotros no recibimos subvenciones de ningún tipo, cada uno aporta el diezmo, el 10% de sus ingresos, para mantener el templo y las actividades que organizamos", asegura Faustino López Requena, portavoz oficial de la Iglesia en España y padre de cinco hijos, todos mormones.
Los jóvenes de la Iglesia lo dejan todo y durante dos años su única misión es extender nuestro credo en diferentes ciudades
Entre esas actividades destacan los cursos que imparten en el instituto construido junto al templo, como por ejemplo 'Preparación misional','Matrimonio Eterno' o 'Administración del hogar'. El primero de ellos es el primer paso que dan los jóvenes una vez que han cumplido la mayoría de edad y quieren marcharse a realizar una misiónpara la Iglesia.
"Cuando los chicos cumplen 19 años y las chicas 21, pueden entrar en el centro de capacitación y prepararse para predicar nuestra religión por las calles de cualquier ciudad", explica Faustino. "Cuando terminan la formación de tres semanas, los jóvenes lo dejan todo y durante dos años su única misión es extender nuestro credo", continúa.
El último de los cursos, que versa sobre la mejor forma de organizar la vivienda y el presupuesto familiar, está destinado especialmente para las mujeres, quienes cuentan con su propia organización dentro del templo, la Sociedad del Socorro. Además de estas actividades, los miembros de la iglesia mormona deben conocer a la perfección la doctrina que cimenta su religión, como la normativa queles prohíbe beber alcohol, tomar café o té e incluso fumar.
Fin del matrimonio plural
Uno de los mitos que rodean a esta comunidad es la aceptación de la poligamia entre sus miembros. Sin embargo, esta práctica se desterró a finales del siglo XIX. "En esa época, no todos eran mormones, pero los que sí lo eran comenzaron a tener problemas con la legislación de EE UU (país de origen de la religión y de su profeta, Joseph Smith)", asegura Faustino. "Para evitar conflictos, la iglesiadecidió eliminar esa opción", cuenta el portavoz mormón.
En cuanto a los anticonceptivos, parece haber cierta confusión. Su doctrina no les permite mantener relaciones sexuales antes del matrimonio, una institución que para ellos va más allá de la muerte. “Cuando te casas es para toda la eternidad, para esta vida y para la siguiente”, destaca el responsable del templo de Madrid. A pesar de que el uso de anticonceptivos no está considerado pecado, tampoco es una práctica que esté bien vista, ya que según su creencia básica, "los niños son una de las mayores bendiciones de la vida" aunque "la decisión de cuántos hijos tener y cuándo tenerlos es un asunto privado para el marido y la esposa".
Buena relación con los vecinos
Desde el templo aseguran que la relación con los habitantes de Moratalaz es cordial. "El patio del templo es un espacio abierto para todos los vecinos, pueden entrar aquí libremente y pasear por los jardines", afirma Faustino. "Nunca hemos tenido ningún problemas con ellos, de hecho mucho de nuestros miembros viven por aquí cerca", remarca. "Antes aquí no había nada, era un solar", afirma Raúl O., un joven de 24 años, residente del barrio. "El edificio es bonito, la zona luce mucho más", asegura.
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