La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se ha unido a otras organizaciones no gubernamentales a modo de respuesta ante un grave brote de cólera en Papúa Nueva Guinea. Los líderes de la Iglesia locales han informado que 75 Santos de los Últimos Días han muerto a causa del brote. Aunque no hay información clara en cuanto al total de muertes, algunos informes indican que podrían ser cientos.
“Expresamos nuestro gran amor y preocupación por aquellos a quienes ha afectado esta epidemia”, dijo el élder Brent H. Nielson, de la Presidencia de Área de la Iglesia en el Pacífico. “Damos nuestras sinceras condolencias a aquellos que han perdido familiares o amigos”.
La Iglesia ha enviado 25 toneladas de alimentos de emergencia y suministros médicos a la región. El primer envío de alimentos de la Iglesia desde Port Moresby llegó a Daru el 24 de noviembre. Éste incluía ocho toneladas de arroz, cuatro toneladas de pescado, cuatro toneladas de harina, 1000 barras de jabón antibacterial y cuatro toneladas de aceite para cocinar. El Centro Humanitario de la Iglesia, en Salt Lake City, envió 2500 botellas con filtro para el agua a Port Moresby. Las botellas se usarán a fin de que el agua de arroyos o el agua almacenada esté suficientemente limpia para beber. El cólera se propaga principalmente al consumir agua contaminada.
La Iglesia y sus miembros están trabajando con AusAID, Médecins Sans Frontières/Doctors Without Borders, la Organización Mundial de la Salud y otros grupos para cuidar de los enfermos y a su vez educar a las comunidades para que aprendan a prevenir la enfermedad. “La gente del lugar fue de mucha ayuda al traernos los enfermos en sus canoas”, dijo el doctor Anthony Mahler, un médico voluntario de Australia que forma parte del equipo de respuesta. “Durante las primeras 24 horas que pasamos en la aldea de Sogere, tratamos más de 200 casos de cólera, de los cuales 30 eran casos graves”.
Un importante brote de cólera sigue cobrando vidas en Haití, donde el Ministerio de Salud ha informado que más de 2000 personas han muerto y cerca de 45 000 han sido hospitalizadas desde el brote. Como respuesta ante la crisis, la Iglesia se encargará de enviar carpas, grandes unidades de filtrado de agua, sales de rehidratación y suministros para la higiene, además de lo ya enviado previamente al área.
Fuente:Sitio oficial de la Iglesia en España
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