sábado, 30 de enero de 2010

Lección 5: EL ANTIGUO TESTAMENTO:“Si haces lo bueno, serás aceptado”

Objetivo: Que los miembros de la clase comprendan que la decisión de seguir a Jesucristo brinda libertad, felicidad y vida eterna, mientras que el seguir a Satanás nos trae desdicha y cautividad.

El profeta José Smith enseñó: “Abel ofreció a Dios un sacrificio aceptable delas primicias del rebaño. Caín ofreció del fruto de la tierra, y no fue aceptado porque no pudo hacerlo con fe… La expiación a favor del hombre debe ser el derramamiento de la sangre del Unigénito… el plan de redención… y en vista de que se instituyó el sacrificio como tipo o modelo mediante el cual el hombre habría de discernir el gran Sacrificio que Dios había preparado, era imposible ejercer la fe en un sacrificio contrario, porque la redención no se logró de esa manera… Por consiguiente, Caín no pudo haber tenido fe, y lo que no se hace por la fe es pecado” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 63).

El élder Richard G. Scott aconsejó:
“…muchos de vosotros tenéis el corazón agobiado porque uno de vuestros hijos, vuestra esposa o vuestro marido se han apartado de lo que es correcto para seguir el camino equivocado. Mi mensaje es para vosotros. “Sé que os sentís angustiados, doloridos y a veces desesperados. Yo os diré cómo podéis recibir consuelo del Señor. “Primero, debéis tener presentes dos principios básicos:
“1. Son muchas las cosas que se pueden hacer por un ser querido para ayudarlo, pero algunas de ellas sólo Dios las puede hacer.“2. Además, ningún progreso puede ser duradero si no se ejerce el albedrío en una forma digna. No tratéis de anular el albedrío de la persona; el Señor mismo no lo haría. La obediencia forzada no trae bendiciones (véase D. y C. 58:26–33).
“Voy a sugeriros seis maneras de ayudar: “Primero: Amad sin condiciones… Segundo: No toleréis ni aceptéis las transgresiones, pero dad apoyo y esperanzas al transgresor… Tercero: Enseñad la verdad… Cuarto: Perdonad de corazón cuantas veces sea necesario… Quinto: Orad con fe. ‘La oración eficaz del justo puede mucho’ (Santiago 5:16)… “Sexto: Mantened una perspectiva adecuada… Cuando hayáis hecho todo lo posible por ayudar a la persona que causa vuestra aflicción, dejad el asunto en manos del Señor y no os preocupéis más. No os sintáis culpables porque no podáis hacer más. No desperdiciéis energía en preocupaciones innecesarias. Gracias a esa perspectiva eterna, podréis encontrar más paz y felicidad, no descuidaréis a otros que tengan necesidad de vuestra ayuda y también podréis ayudar mejor a la persona…
“Una sugerencia final: No deis por perdido jamás a un ser querido; ¡jamás!” (“Ayudad al ser querido que os necesita”, Liahona, julio de 1988, págs. 59–60;
cursiva agregada).

1 comentario:

  1. Gracias por éste artículo...era justo lo que necesitaba en este momento...El Señor escucha y contesta nuestras oraciones.

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