Denver, 1 jul (EFE).- El gobernador de Utah, Gary Herbert, convocó hoy a un "diálogo comunitario" sobre inmigración a la vez que lamentó que "importantes grupos religiosos", como los mormones se mantengan en silencio sobre el tema.
"Utah va a formular una ley propia para Utah, nacida de la misma frustración que dio origen a la ley (SB1070) de Arizona. En dos o tres semanas convocaremos a una coalición de las partes interesadas para hablar del difícil problema de inmigración", dijo Herbert.
El gobernador reconoció que el problema existe y afecta emocionalmente a todos, pero "debemos razonar juntos y lograr un mayor respeto y comunicación. No somos enemigos, sino hermanos trabajando juntos para encontrar una solución a un problema muy complejo".
El mandatario realizó sus declaraciones durante un encuentro con dirigentes hispanos de Utah en las instalaciones de Radio Éxitos 1550.
Herbert puntualizó que la coalición que formará parte del diálogo comunitario incluirá a hispanos, a representantes de otras minorías, a empresarios, a legisladores, a agencias de seguridad, y a grupos religiosos.
Herbert expresó que "algunas organizaciones de fe ya han dado a conocer su postura con respecto a inmigración. Otras, sin embargo, se mantienen en silencio", en referencia a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), el principal grupo religioso de Utah.
Según estadísticas de 2007, un 61 por ciento de los 2,8 millones de habitantes de Utah está afiliado con la Iglesia Mormona, aunque sólo el 41 por ciento del total de residentes practica activamente esa fe.
En números concretos, más de 1,5 millones de habitantes de Utah son mormones.
En Salt Lake City, casi el 40 por ciento de la población es de la fe mormona, con porcentajes mucho más altos en ciudades pequeñas y en zonas rurales.
Además, altos funcionarios, como el gobernador Herbert y el procurador general de justicia, Mark Shurtleff, e influyentes legisladores, como el representante Stephen Sandstrom (R-Orem), también son mormones.
Por eso, Herbert pidió que "la iglesia (mormona) participe del diálogo" y que "no se quede callada", con lo que se unió a un pedido similar realizado por el procurador Shurtleff hace dos días.
Pero, según la oficina de prensa de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, esta iglesia "no ha tomado una postura sobre el tema (de inmigración) porque es algo que claramente le corresponde al Gobierno".
"Sin embargo, los líderes de la Iglesia han pedido que se tenga compasión y que se reflexione cuidadosamente cuando se trata con temas de inmigración que afectan a millones de personas", agrega.
La misma fuente indica que "los funcionarios públicos que son Santos de los Últimos Días toman sus propias decisiones y no representan la posición de la iglesia con respecto a leyes migratorias".
"La Iglesia reconoce que esos funcionarios realizan sus propias elecciones sobre la base de su mejor juicio y considerando a los votantes quienes los eligieron para representarlos", dice el documento de la Iglesia Mormona.
Pero para Shurtleff esa postura es insostenible.
"Buenos legisladores mormones han patrocinado leyes anti-inmigrantes, perjudicando los esfuerzos misioneros de la Iglesia Mormona. La Iglesia debe adoptar una postura con respecto a inmigración y eso es exactamente lo que le pido que haga", declaró Shurtleff en rueda de prensa con los medios de Utah.
Shurtleff se refería al senador estatal Russell Pearce (R-Meza), impulsor de la ley SB1070 en Arizona, y al representante Stephen Sandstrom (R-Orem), quien afirmó que próximamente comenzará las gestiones para que en Utah se implemente una ley similar a la de Arizona.
Por su parte, el gobernador Herbert indicó que Sandstrom formará parte de su diálogo comunitario, como también lo harán grupos pro-inmigrantes, "porque, aunque no todos estemos de acuerdo, lo que buscamos es un consenso para encontrar una solución exclusiva para Utah".
Sandstrom volvió el martes pasado de una visita a la frontera entre México y Arizona e inmediatamente informó que, como resultado de esa visita, ya comenzó a formular un proyecto de ley similar al de Arizona, que piensa tener listo entre agosto y septiembre próximos.
Para Tony Yapias, director del Proyecto Latino de Utah y practicante de la fe mormona, la falta de una postura oficial de los mormones sobre inmigración permite que "continúen creciendo las tensiones raciales y la discriminación".
"La Iglesia Mormona continuamente le pide a sus miembros que sean compasivos con respecto a los temas migratorios, pero pocos están escuchando ese pedido", afirmó el dirigente latino.
Por eso, Yapias recientemente inició una campaña para enviarle cartas a Thomas Monson, presidente de la iglesia mormona, pidiéndole que ese grupo adopte una postura con respecto a inmigración, como ya lo han hecho la Iglesia Católica y la Asociación Nacional de Evangélicos.
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